viernes, 19 de abril de 2013

El grito de Hilda


A Hilda Farfante Gayo, una de las nuestras, le cambió la vida cuando sus padres, maestros de escuela republicanos, fueron asesinados por falangistas en 1936. Muchos años después, en 2001, alzó su voz en un homenaje en su pueblo natal, Besullo; aquellas palabras han pasado a conocerse como "El Grito de Hilda", que quiso dar -por penúltima vez- junto a la Tapia del Cementerio del Este... 


El Grito de Hilda
"A mis padres, y a tantos y tantos que, como ellos, aún están en las cunetas.
Grito, en primer lugar por ellos, por su injusta, y terrible y cobarde muerte,
Grito por su miedo, por su dolor, por su juventud truncada, por la vida que no vivieron.
Y grito por nosotros, que nos quedamos aquí sin ellos, pobres, huérfanas, y a merced de sus asesinos que se pasaron cuarenta años insultándoles, pisoteándoos, y diciendo mentiras y más mentiras sobre su vida y sobre vuestra muerte.
Grito y vuelvo a gritar por todo lo que tuvimos que aguantar y que callar.
Y grito por las viudas,las madres y los familiares, que vivieron y murieron con la boca bien apretada para que no se les escapara este mismo grito nuestro.
Y grito por la verdad, su verdad, por la única verdad, “que os inmolaron en estos montes por amar causas justas”.
Y grito por la justicia, por esa justicia que ellos tanto se merecen y nosotros tanto necesitamos.

Y con Miguel Hernández digo:
Que mi voz suba a los montes
Que baje a la tierra y truene
Eso pide mi garganta
Desde hoy y desde siempre."


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